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Como presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS), participé en la mesa redonda “Calidad arquitectónica para la salud” celebrada tras la presentación de Documenta Ciudad y Territorio Saludable, una publicación del Observatorio 2030 del CSCAE que cuenta con la participación de numerosos expertos entre los que me encuentro.

La mesa, moderada por la directora del Observatorio 2030 del CSCAE, Ángela Baldellou, contó también con la participación de la directora de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, en conexión telemática; el catedrático de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) José Fariña; el arquitecto y urbanista José María Ezquiaga y Susana Saiz, de ARUP. Todos ellos coincidieron en que en las ciudades nos jugamos la salud porque su diseño, su planificación y su gestión revierten en un menor uso del sistema hospitalario y, en consecuencia, en un menor gasto sanitario.

Durante mi intervención pedí que se incorporen las estrategias y acciones asociadas que se contemplan en el Documenta Ciudad y Territorio Saludable para conseguir entornos más saludables en las agendas de las Administraciones Públicas y de las entidades privadas.

Fue un placer hablar de arquitectura y urbanismo saludable con Teresa Viejo, presentadora del espacio La Observadora, que se emite en Radio Nacional de España.

En el programa, emitido el domingo 2 de octubre de 2022, repasé mis inicios como arquitecta, conté mi vocación temprana por la arquitectura, y expliqué de qué manera los espacios construidos impactan en la salud de las personas y las empresas.

En un futuro, como dije, me veo como arquitecta y viajera. También me preguntó Teresa por otras muchas cuestiones. ¿Qué no soporto? Ver el dolor ajeno. También le comenté que soy muy perceptiva y que nada más entrar en un espacio, detecto si es saludable o no.

Como dije, hay muchas cosas que se ven y que se perciben. Uno de los aspectos en los que necesitamos mejorar mucho es en la acústica de los espacios. Si los espacios están bien tratados acústicamente, la gente tiende a bajar la voz . Llegará un momento en que las personas seleccionen los espacios en los que se sienten a gusto.

Mi material favorito: la madera. Uno de los trabajos de los que más satisfecha estoy: la actuación en el Hotel Puerta América de Madrid, reformando tres plantas de un establecimiento donde han trabajado también cinco Premios Pritzker de arquitectura.

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¿Por qué debemos incorporar plantas en los espacios interiores?

Rita Gasalla, experta en Arquitectura Saludable, nos explica por qué es necesario vivir (y dormir) con plantas y cuáles son las especies que mejor purifican el aire.

La NASA identificó hasta 107 compuestos orgánicos volátiles (COV) dentro de la primera estación espacial, Skylab. Estos COVs (agentes irritantes conocidos y potenciales carcinógenos), liberados por los materiales sintéticos con los que había sido construida la estación espacial, representaban un serio riesgo para la salud de los astronautas que iban a estar en la estación largos periodos de tiempo. No había posibilidad de renovar el aire en unas cápsulas estancas ventilando como se hace en los edificios. Había que eliminar tanto las toxinas del aire que iban a ir generando los materiales de la nave, así como el CO2 que iban generando los astronautas en el día a día con su respiración para evitar que el aire acabara siendo mortal. Hicieron una investigación que concluyó con el informe “clean Air Study”. Sus resultados sugirieron que algunas plantas de interior, además de absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno en la fotosíntesis, limpian el aire de toxinas como benceno, formaldehido y el tricloroetileno y el óxido de nitrógeno.

Esta es una buena razón para tener plantas dentro de los espacios cerrados, en los que nos pasamos de promedio el 90% de nuestra vida. Podemos mitigar con ellas el síndrome del edificio enfermo, un problema de los edificios que perjudica nuestra salud y que la OMS estima que afecta al 30% de los edificios modernos.En contra de lo que se creía antes, también podemos colocarlas en los dormitorios, ya que a oscuras, una planta de tamaño medio en una maceta, puede consumir el 0,1% del oxígeno disponible en una habitación de tamaño medio. Si compartimos la habitación con una mascota o con una persona, cualquiera de ellos consumirían veinte o treinta veces más oxígeno que una planta.

En estudios posteriores, la NASA recomendó cinco tipos de plantas fáciles de conseguir, muy eficientes para purificar el aire de los espacios cerrados: El Poto, el Ficus, la Espada de San Jorge, el Espatifilo y la Palmera de bambú (Raphis excelsa). Hoy disponemos de una mutación de un poto, un superpoto, que es más de tres veces más eficiente que común limpiando el aire de toxinas. No me he vuelto una defensora de las mutaciones inducidas en las plantas, pero en este caso, podemos disfrutar del las ventajas ya que no hay problema de que afecte a la especie natural, dado que el poto, al no florecer, no puede propagarse por el polen a través del aire.

Introducir la naturaleza a través de plantas vivas en el interior de los edificios, además de producir oxígeno y absorber dióxido de carbono y tóxicos del aire, tiene los efectos benéficos de la biofilia. En los espacios de trabajo, hay unos beneficios incontestables al incorporar la naturaleza y al uso de criterios biofílicos en el diseño arquitectónico, dado que además de mejorar la calidad del aire, su visión y cercanía mejoran el bienestar físico y emocional las personas y hace que sean más creativas, productivas y felices en el trabajo. Por estos motivos, debería ser una premisa irrenunciable para todas las empresas que se incorporen las plantas en el diseños de sus espacios de trabajo

Artículo de Rita Gasalla originalmente publicado en Elle Decor.